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Museo de Cera de Guadalajara: una nueva imagen para una experiencia clásica.
Ubicado en el corazón del centro histórico de Guadalajara, el Museo de Cera ha sido desde 1994 un referente de entretenimiento familiar en la ciudad. Con más de 120 figuras que representan a personajes destacados del deporte, la música, la política, el cine y la historia, este espacio ha logrado cautivar a generaciones.
Siguiendo esta trayectoria, renovamos completamente la tienda de souvenirs con un propósito claro: convertirla en una extensión natural y significativa de la experiencia del visitante. Donde la tienda no es solo un lugar para comprar, sino un espacio que conecta emocionalmente y permite llevarse un recuerdo tangible.
Inspirados en la esencia del museo —la cera como materia y símbolo— creamos un diseño divertido, luminoso y lleno de color. La nueva paleta, con tonos naranja y azul y acentos blancos en la iluminación, genera un ambiente vibrante, moderno y en sintonía con el espíritu del museo.
El rediseño consideró cuidadosamente el recorrido del visitante. La caja fue reubicada al centro del espacio para facilitar el flujo y hacer la navegación más intuitiva. La zona para crear manos de cera, una de las actividades más emblemáticas y participativas, ahora cuenta con mejor iluminación y ubicación privilegiada, invitando a la interacción y a capturar ese momento especial como parte del recorrido.
Además, se incorporaron nuevas áreas de exhibición que resaltan los productos disponibles, mejorando su visibilidad y promoviendo la compra impulsiva. Así, la tienda se convierte en una última sala del museo: un espacio donde el visitante puede recordar, interactuar y llevarse un fragmento de la experiencia consigo.
Este rediseño se desarrolló con cinco objetivos estratégicos:
• Transformar la tienda en una extensión auténtica y coherente del museo.
• Optimizar el diseño, la oferta de productos y la experiencia de compra para aumentar el ticket promedio.
• Incentivar la compra impulsiva y fortalecer el recuerdo emocional del museo.
• Ofrecer un espacio atractivo, funcional y alineado con la temática del museo.
• Conectar emocionalmente con los visitantes a través del diseño, la interacción y la narrativa del espacio.
Hoy, la tienda del Museo de Cera no es solo un punto de venta: es el cierre perfecto de una experiencia que sorprende y permanece en la memoria de quienes la visitan.